Mark Parker rompe moldes en Nike
El consejero delegado de la marca deportiva se centra en la tecnología y las mujeres
¿Quién será el próximo Steve Jobs? Es una pregunta recurrente desde la desaparición hace cuatro años del fundador de Apple. Unos ven al sucesor en Elon Musk, el patrón de Tesla y de SpaceX, sin descartar a emprendedores admirados como Mark Zuckerberg de Facebook y Jeff Bezos de Amazon. Otros, sin embargo, creen que lo que está haciendo Elizabeth Holmes con los laboratorios Theranos es comparable a la disrupción que el Macintosh logró en la computación.
Sin embargo, hay quien asegura que esa mezcla de exitoso hombre de negocios y de visión tan difícil de emular la representa mejor que nadie Mark Parker, el consejero delegado de Nike. El perfil de ambos parece cortado con la misma tijera. No obstante, mientras Jobs era un entusiasta del diseño sin plasmarlo directamente, el jefe de la marca de indumentaria y calzado deportivo echa mano de lápiz y papel para poner en negro sobre blanco las ideas que se le pasan por la cabeza.
El introvertido diseñador que dirige la sociedad de Beaverton (Oregon) está dejando atrás a la competencia, aunque no pierde de vista la emergencia de nuevas marcas como Under Armour. Nike es líder en el negocio de zapatillas para correr, de baloncesto y fútbol. El calzado deportivo es el segmento preferido de Parker. Pero más allá de ser una compleja máquina operativa, este ejecutivo con cuerpo de corredor de fondo está convirtiendo a la firma en un referente de alta tecnología.
El predecesor de Parker en el cargo, Phil Knight, ayudó a crear el imperio Nike en 1964, cuando tenía 26 años. El germen de la compañía más poderosa en el negocio de los artículos deportivos se llamaba entonces Blue Ribbon Sports. Parker, por su parte, empezó a trabajar para Nike en 1979, nada más dejar la universidad, y un año antes de que la sociedad empezara a cotizar. Comenzó diseñando zapatillas de deporte y de ahí escaló hasta ponerse al frente de toda la estrategia de marketing.
No obstante, el ascenso de Parker a consejero delegado no fue tan directo. Phil Knight estuvo al frente de la compañía hasta 2004. Optaron por cederle el mando a un candidato externo, William Pérez. Duró poco. Los dos chocaron en la estrategia a seguir y un año después abandonó. De este modo se abrió la puerta para Parker, que en enero de 2006 empezó a dirigir con el mantra de poner la innovación al alcance de cualquier atleta del mundo. Knight, que controla el 20% de la sociedad, se jubilará en 2016. El cofundador está a favor de que en ese momento Parker reciba el poder absoluto sobre Nike. El motivo es simple: el grupo es más fuerte que nunca.
La filosofía de la marca es sencilla. “Si tienes cuerpo, eres un atleta”. Es una frase del que fuera el entrenador de atletismo de Knight en la Universidad de Oregon. Mark Parker asumió el lema y lo ha llevado más allá de ese horizonte sin meta que caracteriza a la empresa. Su estrategia pasa por crear vínculos con las categorías deportivas, una visión transversal que empezó a aplicar a los dos años de estar al mando.
Nike es más que una compañía de marketing que vende calzado e indumentaria deportiva. Es una máquina de innovación, hasta el punto de registrar más patentes que Apple. Y lo cierto es que tecnología y Nike siempre fueron de la mano. La compañía tiene un acuerdo con los estudios DreamWorks para desarrollar un sistema de diseño en tres dimensiones y acaba de crear un laboratorio para mejorar el proceso de producción con tecnología de impresión 3D.
El éxito de la multinacional es cosa de Knight. Pero Parker fue el encargado de expandir la marca diversificando su catálogo. Así, por ejemplo, entró en el mercado del fútbol y se puso a la par de Adidas. En paralelo vendió Umbro y Cole Hann para dedicar más recursos a Nike. Bajo su guía como responsable del negocio de calzado adquirió Converse en 2003, marca que está potenciando.
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